Debido a las secuelas de la enfermedad que padeció cuando era pequeña, Petrona Viera pasó su niñez en su casa, bajo la tutela de sus padres. Fue inicialmente formada por una maestra especializada que le enseñó a leer los labios y hacerse entender por señas. Petrona no asistió a la escuela, lo cuál significó una diferencia importante en su percepción del mundo, en especial de los juegos infantiles.
Amaba observar a los demás, sus ojos eran las ventanas de su mente, por dónde ella percibía la realidad que la rodeaba. Desde pequeña demostró su interés por el arte, medio por el cuál ella expresaría sus sentimientos e ideas, deseos, ambiciones y sensaciones personales.
En 1924, a sus 29 años de edad, Petrona Viera pinta uno de sus famosos cuadros llamado "Recreo", dónde se ilustra de forma sencilla siete niñas que comparten juegos tradicionales, como la "Rayuela" y el "Martín pescador". Los modelos que ella pintaba eran sus propios hermanos, quiénes jugaban en la gran casa-quinta que tenían los Viera.
La señorita Viera pretendió expresar sentimientos de alegría, de paz, de armonía. Busca mediante esta pintura exponer experiencias como la amistad, el vínculo entre compañeras, alegres juegos de niñas de entre 10 y 12 años aproximadamente que disfrutan un día de verano en el patio de su casa. La diversión es el tema principal de la obra.
Petrona Viera pertenece al movimiento Planista de los años Veinte en Uruguay, movimiento que se caracteriza por pintar obras bidimensionales, es decir, que no dan la sensación de profundidad, también las figuras no son mas importantes que el fondo de la pintura misma, da la sensación de que las mismas están "recortadas" y "pegadas", planos superpuestos, también es de destacar que los dibujos no poseen muchos detalles, por ejemplo, el rostro de las niñas no tienen ojos ni boca, son solamente figuras ovoides de color piel, el color se usa casi puro, casi no se observan mezclas entre si. Los bordes están bien marcados por lo que se diferencia una figura de otra. El Planismo pretende destruir la tridimensionalidad.
lunes, 13 de junio de 2016
viernes, 10 de junio de 2016
Las sensaciones que nos causa una obra de arte.
Cada obra seleccionada tiene un trafondo propio, trafondo que el pintor expresó y que no siempre está claramente visible.
¿Te animas a describir lo que SIENTES cuando observas cada obra de arte?
Descarga la imagen, pégala en tu procesador de texto (Microsoft Word, Open Office, etc) y escribe las sensaciones que te causa, por ejemplo: Este mural está pintado en el Museo de Arte Público de Lusiana.
Las sensaciones y sentimientos que me transmite personalmente a mi son: SOLEDAD, FRÍO, UN PROFUNDO PENSAMIENTO, PREOCUPACIÓN, ABANDONO, ME LLEVA A PENSAR EN LA REALIDAD DE LOS JÓVENES QUE VIVEN EN SITUACIÓN DE CALLE, INDIFERENCIA DE LAS DEMÁS PERSONAS, etc.
¿Qué te transmite a vos? ¿Te animás a describirlo?
Para facilitar, les dejo una lista de posibles sensaciones o sentimientos que les pueden servir:
Odio
Envidia
Tristeza
Decepción
Coraje
Alegría
Admiración
Miedo
Deseo
Valor
Egoísmo
Lealtad
Ira
Rencor
Locura
Venganza
Lástima
Temor
Esperanza
Crueldad
Crueldad
Soberbia
Pasión
Compasión
Optimismo
Ternura
Soledad
Soledad
Angustia
Duda
Euforia
Culpa,
Sorpresa,
(SENSACIONES)
Desconcierto
Miedo,
Admiración,
Calor,
Frío,
Escalofrío,
Escalofrío,
Dolor,
lacer,
Gusto,
Aturdimiento
Ansiedad,
Repugnancia,
Asco.
AQUÍ
LES DEJO LAS OBRAS DE ARTE, PARA QUE LAS DISFRUTEN Y DESCRIBAN LO QUE
SIENTEN:
Pedro Figari.
Pedro
Figari Solari (Montevideo, 29
de junio de 1861 - Ib., 24
de julio de1938)
fue un pintor, abogado, político, escritor y periodista uruguayo.
Una de las figuras más destacadas de la pintura latinoamericana,
caracterizado por su estilo propio y su voluntad americanista.
Hijo
de Juan Figari de Lázaro y Paula Solari, ambos inmigrantes
italianos,
Pedro Figari manifestó desde joven inclinaciones artísticas que
postergó por sus estudios y actividades profesionales.
En
1885 se recibió de Doctor
en Jurisprudencia en
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
de la República.
Se publicó su tesis de grado, Ley Agraria.
Al
año siguiente se casó con María de Castro Caravia y viajó por
primera vez a Europa. En 1887 nació su primera hija, Isabel, que
fallece a poco tiempo de nacer y luego vendrán María Elena,
Mercedes, María Margarita, María Delia, Juan
Carlos,
María Isabel, Emma y Pedro.Al frente de la Escuela de Artes y
Oficios impulsó un ambicioso y moderno proyecto educativo. Creó
nuevos talleres, cambió el régimen de internado por uno externo,
incorporó talleres mixtos, eliminó los castigos, optimizó los
recursos y, en poco más de un año, logró duplicar la población
escolar. Para Figari no era suficiente con enseñar una técnica u
oficio, buscaba una formación integral que desarrollara la
personalidad y vocación de los estudiantes, vinculando
equilibradamente la actividad manual con la intelectual, utilizando
procedimientos experimentales, despertando la capacidad de
observación y fomentando la creatividad productiva con una estética
americanista.12 En
un Uruguay que no estaba listo para su visión vanguardista, Figari
se vio enfrentado a fuertes intereses políticos y económicos que
desaprobaban su proyecto y en 1917 presentó su renuncia. Su cargo al
frente de la Escuela fue entonces desempeñado por el pintor y
caricaturista Hermenegildo
Sábat Lleó. A
los 29 años asistió a clases de pintura con el maestro italiano
Goffredo Sommavilla, pero no fue hasta 1918 que dio rienda a su
vocación pictórica.
En
1915, desde la dirección de la Escuela de Artes y Oficios, propuso
nuevos talleres en régimen mixto, orientados a capacitar no solo en
la técnica de los oficios sino a vincular la industria y
el arte con
una identidad americana, fomentando “la mentalidad nacional con
criterio propio”. Su destacada labor como abogado, político,
periodista, escritor, pedagogo y humanista hacen imposible disociar
el contenido y la riqueza de sus pinturas de las demás facetas que
nutrieron su acción y pensamiento.
Tuvo
una intensa actividad pública, en 1889 fue designado Defensor de los
Pobres en lo Civil y lo Criminal, cargo que ocuparía hasta 1897.
En
1895 emprendió la defensa del alférez Enrique Almeida, acusado
falsamente de un asesinato cometido en la esquina de las calles Chaná
y Arenal Grande. La causa le insumió cuatro años de trabajo, pero
develó finalmente la inocencia de Almeida. En 1896 publicó Causa
célebre. El crimen de la calle Chaná, vindicación del Alférez
Enrique Almeida, donde dejó al descubierto los intereses de la
prensa obstinada en inculpar a Almeida.
En
1897 fue electo diputado del Partido
Colorado por
el departamento de Rocha y
en 1900 y 1902 por Minas.
En esos años presentó un proyecto de ley para la creación de una
escuela de Bellas
Artes,
se desempeñó como Consejero de Estado, fue nombrado abogado asesor
del Departamento Nacional de Ingenieros, integró del Consejo
Penitenciario y presidió el Ateneo
de Montevideo,
desde donde impulsó proyectos culturales.5
Durante
la Revolución
de 1904 fue
nombrado Presidente de la Junta Central de Auxilios creada por José
Batlle y Ordóñezpara
proveer asistencia médica a los heridos luego de las batallas.6
En
1927 el Ministerio
de Relaciones Exteriores lo
nombró miembro de la misión especial ante el Rey Jorge
V de Inglaterracon
el rango de Ministro
Plenipotenciario,
poco después recibió la Orden
del Imperio Británico en
el Palacio
de Buckingham.
Al
frente de la Escuela de Artes y Oficios impulsó un ambicioso y
moderno proyecto educativo. Creó nuevos talleres, cambió el régimen
de internado por uno externo, incorporó talleres mixtos, eliminó
los castigos, optimizó los recursos y, en poco más de un año,
logró duplicar la población escolar. Para Figari no era suficiente
con enseñar una técnica u oficio, buscaba una formación integral
que desarrollara la personalidad y vocación de los estudiantes,
vinculando equilibradamente la actividad manual con la intelectual,
utilizando procedimientos experimentales, despertando la capacidad de
observación y fomentando la creatividad productiva con una estética
americanista. En un Uruguay que no estaba listo para su visión
vanguardista, Figari se vio enfrentado a fuertes intereses
políticos y económicos que desaprobaban su proyecto y en 1917
presentó su renuncia. Su cargo al frente de la Escuela fue entonces
desempeñado por el pintor y caricaturista Hermenegildo
Sábat Lleó.
Fue
recién a partir de 1918, luego del fracaso de su proyecto educativo
y de separarse de su esposa, que decide dedicarse a la pintura. Tenía
casi 60 años y unos pocos apuntes
al óleo,
retratos y acuarelas realizados en los ratos libres de su juventud.
En poco tiempo afianzó su vocación artística y en 1921 partió con
cinco de sus hijos a Buenos
Aires para
dedicarse exclusivamente a pintar. Encontró en Buenos Aires el
ambiente propicio y el estímulo para desarrollar sus temas. Se
vinculó al círculo de intelectuales que trabajaban en la revista
porteña Martín
Fierro,
que le brindaron un apoyo incondicional. Entre otras personalidades
del ambiente trabó amistad con Jorge
Luis Borges, Oliverio
Girondo,
Raúl Monsegur, Manuel
Güiraldes y Ricardo
Güiraldes.
En 1921 realizó su primera exposición en la Galería Müller junto
con su hijo Juan
Carlos Figari Castro.
En 1925 se trasladaron a París,
expuso en la Galería Druet y pronto comenzó el reconocimiento que
lo consagrara como uno de los más importantes pintores del Río
de la Plata.
En su taller de París lo visitaron los más ilustres artistas e
intelectuales del momento, como los escritores Jules
Supervielle, Paul
Valéry, James
Joyce, Jules
Romains, Alejo
Carpentier y
los pintores Pierre
Bonnard, Édouard
Vuillard, Pablo
Picasso, Joaquín
Torres García, Ignacio
Zuloaga y Fernand
Léger.
Pintó
escenas que recrean el pasado histórico y social, buscando rescatar
la memoria del terruño y afianzar la identidad regional y americana.
Sus cartones se poblaron de
negros candomberos, pericones, cielitos, gauchos,pampas, ombúes,
patios coloniales, bailes de salón, entierros, corridas
de toros, jugadores
de bochas.
Con su pincelada resuelta, llena de vitalidad, renacen las
tradiciones criollas y
toma color la memoria colectiva rioplatense. Como pintor intuitivo,
retomó ciertas conquistas formales del impresionismo para
transformarlas en un estilo personal e irrepetible, del que no se
reconocen otras influencias.
El Pintor de la Patria - Juan Manuel Blanes
Juan Manuel Blanes (Montevideo, 8 de junio de 1830 – Pisa, Italia, 15 de abril de 1901) fue un pintor uruguayo de gran reconocimiento en el Río de la Plata por sus interpretaciones de temas históricos locales. Por el aporte de sus pinturas a la identidad uruguaya, es considerado en su país «el pintor de la patria»
Nació el 8 de junio en 1830, en Montevideo. Hijo de Pedro Blanes Mendoza, un español que trabajaba de repartidor de pan, y de Isabel Chilabert Piedrabuena, argentina. Fue el tercero de seis hermanos; el mayor, Gregorio, sostenía económicamente a la familia. Juan Manuel interrumpió su educación escolar en 1841 para trabajar de mandadero y colaborar también con su familia.
En 1844 realizó su primer dibujo conocido, una imagen de la goleta inglesa Comodoro Purvis en la bahía de Montevideo.
Durante el Sitio de Montevideo, su madre trasladó a la familia al campo sitiador hasta su término en 1851. Su padre permaneció en Montevideo, donde murió en 1848.
Finalizado el sitio, comenzó a trabajar como tipógrafo en la imprenta del diario La Constitución; de este período son también sus primeros óleos de tema histórico, retratos y alegorías.
En 1854 instaló un taller en la calle Reconquista, donde comenzó a hacerse conocido en la sociedad uruguaya pintando retratos por encargo. De una relación con María Linari, nació su primer hijo, Juan Luis. Con ellos viajó a Salto, donde continuó pintando por encargo. También retocó un óleo que había realizado en Montevideo y lo regaló al general Urquiza con el título Alegoría Argentina.
Proyectó abrir una Escuela de Dibujo Académico en Buenos Aires, que no prosperó; realizó el cuadro histórico Ataque a Paysandú, adquirido luego por Venancio Flores, a quien también le hizo un retrato ecuestre.
Vuelto a Uruguay, viajó a Paysandú y retrató a dos militares muertos en la defensa de Paysandú: el coronel Leandro Gómez y el general Lucas Píriz; también pintó un Escudo Nacional por encargo del gobernador delegado para el Salón de Honor del Fuerte de Gobierno. Envió un proyecto a la Comisión Económico-Administrativa de Montevideo para realizar dos cuadros «patrióticos» aunque no llegó a concretarse.
Paralelamente a estas obras de temas históricos, realizó cuadros de gauchos y temas costumbristas, los que expuso en su taller y en la Casa Bousquet en 1866. También obtuvo la subvención para fundar la Academia de Alto y Serio Dibujo, que abrió sus puertas en marzo de 1867 pero las cerró al año siguiente por la falta de alumnos y el coste que significaba.
En 1868, el presidente de Uruguay Lorenzo Batlle le encargó a Blanes un retrato oficial de su predecesor, Venancio Flores, además del cual pintó su homicidio: Asesinato de Venancio Flores. En 1870 pintó otro asesinato, el de Florencio Varela.
En 1869 envió a Urquiza, en Concepción del Uruguay, un retrato ecuestre junto con una carta en la que le cuenta a su viejo mecenas:
Exmo. Señor: Alentado por V. E. en el arte que profeso, lo estudié rigurosamente cuatro años en Europa, ayudado por el tesoro público de mi país. Cuatro años más corren ya desde mi vuelta a América, a mi patria. Las esperanzas que traía han sostenido una lucha horrible con la condición de los tiempos que mi país atraviesa. Esas esperanzas sucumben ya, Señor, bajo el peso de una adversidad para mí.
La pintura fue tajeada a lanzazos el día de la muerte de Urquiza.
Carlota Ferreira[editar]
En 1883 se presentó en su estudio de la calle Soriano la viuda del Dr. Regunaga (ministro de Hacienda uruguayo durante el gobierno de Lorenzo Batlle y Grau) con algunas fotografías de su difunto marido, y le encargó un retrato póstumo.2 No hay documentación que pruebe que Blanes realizó el retrato de Regunaga, pero el de su viuda, Carlota Ferreira, ocupa un lugar destacado en el arte uruguayo. Blanes sitúa la línea del horizonte convencional académico hacia la parte inferior del cuadro, destacando las cualidades de la figura femenina tratadas con suntuosidad pictórica. La atmósfera la acerca al clima luminoso del modernismo, aunque conserva el tratamiento académico.
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